jueves, 14 de abril de 2011

MADRID ME MATA

Vivo en una ciudad relativamente grande, no es tan monstruosa como México D.F. o Hong Kong, ni tan recogidita como Amsterdam o Praga, es una comunidad de más de seis millones de habitantes, la mitad viven en la ciudad propiamente dicha.
Tenemos un alcalde de lo más curioso, muerto de envidia por el glamour y la personalidad de capitales europeas como París,Londres o Roma, decidió en su momento hacer de un hilillo nauseabundo de agua algo parecido al Sena o al Támesis, eso sí, pagado a escote por los ciudadanos, ¿lo consiguió? no, nuestra ciudad sigue siendo un despropósito de hermosos rincones entre humos ruidos y suciedad, y aún así la jodía tiene su encanto. 
Tenemos la Gran Vía, y como tiene cuatro teatros y medio ya la conocemos como el Broadway hispano, tenemos bocatas de calamares, a eso si que no vamos a objetar nada. Tenemos bares, muchos bares, y gente por la calle, a todas horas, ¿van a algún sitio?, no lo creo,  la vivienda es tan cara que los alquileres se pagan por horas, como los párkins o párkines no tengo ni puta idea de como se dice ni ganas de buscarlo en el google, el caso es que es una ciudad de lo más especial.
Todo este rollo viene a cuento porque nuestro amigo y vecino el alcalde, ha decidido darse cuenta de que los pobres hacen feo en el paisaje urbanístico, si, por lo visto joden la estética de la zona más castiza de la ciudad, y se plantea aprobar una ley para que las fuerzas ejecutoras del ayuntamiento, entiéndase, esos chicos sin estudios primarios un arma y la imagen de Charles Bronson en la guantera del coche patrulla, puedan siempre que quieran raptar al pobre hombre que duerme donde le sale de los huevos tapado con sus cartones, y llevarlo a un centro de caridad que le redima como persona, limpiándose el culo de paso con esa gran mentira que aprobaron nuestros padres o abuelos que se llama Constitución.
¿Y qué hacemos mientras tanto los madrileños? Ostias es que este mes hay cuatro Madrid.Barça.

2 comentarios:

  1. Era fácil imaginar, conociendo tu poesía, que tu prosa destilaría este sarcasmo urbano, este nihilismo nada nihilista. Cuando leí sobre la ocurrencia de vuestro alcalde pensé algo parecido a lo que plasmas en esta brillante reseña de la realidad.

    Un abrazo.

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  2. Muchas gracias por pasarte Juán, y gracias también por estrenar los comentarios del blog, algo que me hace especial ilusión.

    Un abrazo

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