sábado, 4 de junio de 2011

MADRUGADA DE RADIO


Hay una anécdota, o puede ser que sea un chiste, no estoy segura, pero es adecuada para resumir el contenido del programa de hoy.
Un psiquiatra muy importante llama por teléfono a un amigo psicólogo de muy buena reputación.
- Tengo un serio problema- le dice preocupado a su amigo- oigo voces en mi cabeza, voces que me hablan.
- ¿Como tus pacientes?- le pregunta interesado el psicólogo
- No por Dios, como mis pacientes no, yo las oigo de verdad.
En cierto modo tengo una extraña sensación de superioridad que me entristece y me deprime, todo un mundo nos rodea, pero es todo tan distinto, las personas no son personas, son meros figurantes que están en sus marcas, quietos, casi planos, no veo vida detrás de ellos, no veo familias, no escucho sus risas, ni sus conversaciones, todo parece un guión de cine costumbrista. Quizás alguno de ustedes, desde sus cómodos hogares, o desde el más puteante de los trabajos, recuerden la mítica película  The Warriors, yo me siento hoy como la dulce voz negra que acusa, señala y finalmente se deshace empapada en sus propios jugos vaginales ante los héroes, gentuza marginal como mucho de los que ahora me oís, mozos de almacén, camioneros, seguratas, prostitutas, marujas al borde del suicido o jubiletas vacíos de alma. Me humedezco con vosotros, se que estáis ahí y que sin quererlo convertís mi vida en algo mejor, aunque solo sea por purita comparación.
 Despedida amigos, tres treinta y tres de la mañana, me espera una cama vacía, un nolotil y un refrescante baso de vino, mañana escucharemos vuestros problemas, los recovecos intranquilos de unas mentes que deben esforzarse por comprender la normalidad, abracemos ahora el sueño, olvidemos que existe algo mejor que nunca alcanzaremos y aceptemos que la vida ha de pasar y debemos sumergirnos en ella y perdernos, diluidos en su impersonal inmensidad. Tena no os quiere, pero Tena necesita que sigáis ahí. Hasta mañana.

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