martes, 1 de noviembre de 2011

OCTUBRE

Llega tarde el silencio, lo espero desde hace horas, 
permanezco abrazado al final de la tarde, 
enamorado de los grises tonos del cielo, 
de la humedad del aire, de las nubes deseosas de verter 
sobre los campos su vida. 
Paseo por las aceras de la ciudad, 
cada bloque de pisos, cada edificio de oficinas, 
son solo paredes frías, casi azuladas, 
que sostienen universos ínfimos, ocultos,
 individualizando y transformando en unidades solitarias 
el volumen inmenso de cuerpos 
que vegetan a dos metros unos de otros. 
La noche acude sigilosa y me envuelve, 
las farolas con su luz irritante
violan estruendosas el titilar de las estrellas. 
No hay luna, se esconde tras las nubes, 
no quiere formar parte de las visiones de un imbécil 
que se mezcla con la manada para sentir calor humano.

Es una ciudad viva, 
me gusta sentarme y observar como la gente 
cumple con sus roles, se buscan, hablan 
y ríen como actos cotidianos que no logro comprender.

2 comentarios:

  1. Se cumple I. automatizados ferozmente, en fin, harìa falta ese cafè, Luna.-

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  2. Gracias por tu paso Luna.Me apuntaría al café.

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