Siento el teclado bajo mis manos
como el piano desafinado
del rey del mundo.
Cada tecla es un pulso,
cada respuesta me acerca más a la cordura,
a la realidad.
Llevo varios días,
tal vez segundos,
viviendo en un universo paralelo,
en otro paraje lejano
dentro de mi mente.
Un paraíso sin cargas.
Un mundo de libertad
perdido en tus ojos.
Soy el único en descubrir
la tristeza tras el verde hipnótico.
Nunca me lo perdonarás.
Nunca aceptarás a nadie tan cerca de tu alma,
por vergüenza,
por asco,
por desprecio,
desvías la mirada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario