domingo, 11 de noviembre de 2012

-LOST AND LONELY-


No cuento fábulas.

Desde que el oleaje gris y escabroso de la consciencia se desvaneció 
no encuentro más que soledad en mi propio retiro, 
y me disperso en corrientes sin sentido, 
me inyecto el sonrojo de la coacción 
directo al espectro del alma.

Cuento las jornadas, 
las bautizo, 
distancio así unas de otras en un carrusel molesto 
de alternancias nimias. 

Siempre indagando, 
eternamente pendiente 
de consecuencias irracionales, 
de reconocimientos vanidosos, 
desarrollos morales 
que limitan 
la paranoia. 

Convendría frenar, 
en seco, de golpe, 
mirar al cielo 
y extirpar las raíces 
empobrecidas 
que apenas me sustentan, 
debería anular la identidad 
que me resguarda 
y frente al espejo 
hacer examen 
de conciencia, 
mirarme a los ojos, 
con franqueza, 
y asumir, 
sin resentimiento, 
sin fanatismo, 
asumir, 
que el mundo 
es 
una 
mierda, 
que la vida 
es un envite aterrador, 
un corto éxodo 
por ejidos brunos, 
sin esperanzas, 
sin pautas, 
sin instrucción. 

Destrozar las manos aplaudiendo, 
ahuyentando las razones que nos concretan. 

Escapar de la trampa en la que anido, 
la servidumbre consciente donde se extingue mi albedrío. 

Porque he perdido, 
sin tener jamás posibilidad alguna de ganar, 
por lo que doy gracias, manso y derrotado, 
de todo corazón. 

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