Vuelo,
soy materia,
me envuelven los compuestos aéreos
que la combustión engendra.
Inhalo
profundamente,
la imaginación se colma de recuerdos
que fueron míos.
Exhalo
y cuento,
uno, dos, tres, los párpados
comienzan a volverse pétreos.
Suspiro,
y acomodo
el respaldo del coche
a las miserias perecederas,
imito un gesto/sonrisa,
templado miro el salpicadero,
y cuento los ciclos sin desnudar
que se disiparon.
Entro pausadamente
en los dominios ignotos
del abandono,
en cuyos límites residimos
los condenados
a no saber
coexistir.
Pongo música.
Tal vez nadie lo entienda,
tal vez nadie me entienda,
tal vez ni yo sepa
lo que quiero.
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