martes, 12 de febrero de 2013

PRESUNTA INEXISTENCIA

INTERIOR, NOCHE. EN UN SALÓN CASI A OSCURAS, DE LA CALLE SE FILTRA UNA LUZ AZULADA, PARPADEANTE.

Escribo el silencio sentado en el sofá, la televisión encendida, el murmullo de un casposo programa rellena el vacío autista del momento. Soy un presunto inexistente en una presunta vida existencial por fascículos. Bebo algo oscuro, casi negro. El techo desciende vertiginoso, se frena a pocos centímetros del cristal de la mesa, me tumbo en el suelo y me abrazo las rodillas, soy fetal -presunto-. La cabeza se comprime, laten las sienes al compás del rótulo de la calle - jodido supermercado 24 horas- alzo la voz contra los cielos y eructo lamentos con la precisión de una plañidera caribeña. Es hora de que el aire me devuelva lo que acordamos.

EXTERIOR, NOCHE. DEL PORTAL A UN CALLEJÓN ESTRECHO, TRAS LOS CUBOS DE BASURA SE ATISBA LA GRAN AVENIDA. MÚSICA DE TRÁFICO. RUIDO INTERNO.

El aire huele a alcantarilla, salda su deuda y me empuja hacia la acera. Poco tráfico, pocas personas, menos humanidad. El grueso inteligente de la irascible masa se concentra en la calle principal, mi calle, es tan solo una vía de evacuación, un estrecho trayecto que comprime la ciudad, una fisura, la junta de dilatación de un gran mapa de madera expuesto a las lluvias de Abril.

EXTERIOR, NOCHE. GRAN VÍA, LUCES DE MARQUESINAS, RÓTULOS DE MUSICALES, TEATROS, CAFETERÍAS, COCHES Y MÁS COCHES. POR LA ACERA CAMINA UN CHICO, NO TAN JOVEN, NO TAN GUAPO, CON MENOS PELO.

Las personas forman una majestuosa marea de prisas egoístas, se estrellan una y otra vez contra Callao, y penetran comiéndose el terreno por Preciados, la espuma cubre Sol, Tirso, viste de algas muertas Ópera, y sólo al final, cerca de la Puerta de Toledo frena su impulso y se diluye. Surfeo por las olas, saltando de tabla en tabla por el túnel subterráneo que vertebra Madrid, hasta Malasaña, allí despierto al mundo y agudizo los sentidos, que se desperezan en todos los sentidos.

INTERIOR, NOCHE. LUCES QUE BAILAN AL SON DE MÚSICA INDIE, GAFAPASTAS SE ARREMOLINAN SOBRE LA BARRA DEL LOCAL Y SACIAN CON GIN TÓNICS SU ABSOLUTA FALTA DE ESPONTANEIDAD.

Encuentro un punto estratégico, espalda apoyada, accesos cercanos, el altavoz retirado. Del baño sale gente con nieve abisal, los ojos abiertos, alertas, conejillos deslumbrados por la locura del momento. Ellas bailan, adornando la música con la singular belleza de sus contoneos. Me muerdo el labio y pido otra copa. Se arremolinan, se acercan y se alejan en su danza ritual, estorninos de la noche. Espero, espero, espero...

INTERIOR, NOCHE. SERVICIO DE CABALLEROS, PEQUEÑO, SIN VENTANAS. UN ESPEJO SOBRE EL LAVABO, VARIOS SOBRE LAS RODILLAS.

Mis manos acogen el agua clara y fresca, me enjuago la cara y con los brazos a ambos lados del espejo me quedo quieto, mirando unos ojos que no me devuelven la mirada, que no conozco, unos labios que escupen mentiras cada vez que se retuercen en una sonrisa. El Universo se mueve y yo sigo quieto, mareado. Necesito aire para recuperar la compostura, necesito el frío de la madrugada, la halitosis de una ciudad que no duerme.

EXTERIOR, MADRUGADA. MUCHA LUZ POR LAS CALLES, FAROLAS A TODO GAS. LAS PUERTAS DE LOS LOCALES SE VISTEN CON LA NIEBLA GRIS DE LOS CIGARROS. EL AIRE SE ASFIXIA.

Ya no hay metro, camino por la ciudad, soy un perro vagabundo en Bonestown, me cruzo con manadas que se olisquean el trasero, que ladran y se divierten. Enredo el rumbo solitario con la soledad de compañía, abrazo las farolas levanto la pata y marco el territorio. Vuelvo al salón vacío de los techos menguantes cuando me cruzo con ella, marca semáforos con el carmín de sus labios. Me dice su nombre, me invento el mío, de la mano nos apropiamos de las calles y frente al Starbucks de Plaza de España nos alzamos como Virreyes de Madrid, emperatriz de mis gemidos, señor de tus desvelos.

INTERIOR, DÍA. LA CAMA DESHECHA, DESNUDO. LA LUZ DEL SOL SE FILTRA POR LOS ROTOS DE LAS PERSIANAS.

Acaricio el lado siniestro del colchón y encuentro vacío. No hay rastro de su existencia, su imagen lucha contra el sueño. Necesito aclararme, con los miembros entumecidos abro de par en par las ventanas y me baño al sol. En el lavabo agua fría sobre la nuca y en el espejo, dibujado con carmín, un corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario