domingo, 21 de abril de 2013

Intención

Tu y yo somos silencio, somos el aire viciado, somos tumbas vacías.

Quieres que sonría -como antes- 
quieres la medida exacta de lo imposible
en pequeñas lágrimas doradas.

Yo no quiero.

Ni aire ni sangre, ni voz,
no quiero.

En un instante el humo, del suelo, de las ventanas humo, realidades de humo que humo emanan.

Yo la niebla, similar y opuesta, realidad convexa que sube y baja, que huye, que escapa...

Y sin huellas dactilares, sin marcas de piedad,
con las cuencas en las manos, látigos venosos,
recibo la luz del olvido, la atesoro.

Y en el fondo, triste necrosis,
palabras cosidas sin forma.

Sólo la intención,

y un nudo

en el hueco

del 

alma.




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