domingo, 16 de junio de 2013

Deuda



Dudo de todo,de ti, de mí,
del aire dulce y denso
que nos envuelve.

Vivimos una vida de mierda.
-me decías-

No llega el cómico llanto del barrio a nuestros oídos.
Vivimos una mala época.
-me decías-

Dudo de todo
de tu existencia,
de mi existencia,
del nexo que un día se atrevió a unirnos.

Nunca serás escritor, tus hábitos te contradicen.
-me decías-

Pero puedes cubrir mi piel de poemas
y mecerme entre los versos.
-me decías-

Y yo soñaba bajo el aguacero con besarte,
con cuidarte, con estandarizar mis actos.

Por ti.

Dudo de todo,
del tiempo, del espacio,
de tu ausencia.

Soy como el viento en primavera,
como la nieve impoluta
de la mañana.
-me decías-

No temas,
con la boca reseca,
con los huesos marcados,
soy la misma.
-me decías-

Con el gorro de lana,
con los ojos amarillos,
soy la misma.
-me decías-

Y mientras tanto
aullabas al mundo
luchando tu guerra,
y la mía.

Y mientras tanto lloraba
egoísta
incapaz de creer en mi musa.

Dudo de todo
preciosa,
de cada momento,
de la incapacidad,
de la impotencia.

Si no vuelvo,
acuérdate de mi
en los agradecimientos.
-me decías-

Volverás,
me debes la portada.
-le mentía-

Volverás
y el mundo será pequeño,
cabalgaremos hacia el oeste,
lanzando poemas al espacio.
-le mentía-

Dudo de todo,
de tí, de mi,
del aire que
respiro.

Pero te debo un poema,
amiga mía,
te debo vivir
una vida.



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