jueves, 1 de agosto de 2013

Erase una vez...


No tolero la ciudad culpable sin el arrebato de tu voz.
                                 "De historias y amores" Hallie Hernández Alfaro

Erase una vez un día de primavera
en el párking de la facultad de Historia…


…la lluvia descarada rompía la mañana,
paseaban de la mano,
bajo el aguacero,
la bella y el idiota.

El idiota intuyó 
unos  labios inmediatos,
unos  ojos, 
-grandes como lunas-
indagando en sus ojos,
apenas el esbozo de un beso
y la tiranía de la duda
-más bien del miedo-

Un instante quebrado en la cuna.
Grabado a fuego.

El idiota perdió la memoria
y no recuerda…

Convocó el poder de sus neuronas,
apretó los dientes -fuerte-
mas los años deshacen los nombres
en las arenas del tiempo,
y sucede que hay momentos
que se convierten en fantasmas,
de aquellos que absorben los contornos
de los espacios vacíos.

Volvió el idiota a los escenarios paradójicos,
los que en directo juzgaba sempiternos.

Del  cine-forum,  blanco, y negro
y aquel gordo inglés con pájaros en la cabeza,
sólo  quedaba  algún figurante anónimo,
ajeno  a ensoñaciones y nostalgias

Recordó durmiente sus gestos,
y  a Benedetti,
¡cómo se iluminaban sus ojos!,
-grandes como lunas-
¡cómo adornaba con sonrisas
el nombre, al  filtrarse por sus labios!,
¡cómo odiaba el idiota a tan venerable poeta!




Tal vez el azar deje de ser tan cabrón,
o empiece a serlo,
tal vez tropieces con estos versos de mierda,
tal vez generen en ti alguna duda,
y recuerdes,
otro tiempo
–ingenuo-
otras circunstancias menos complicadas.
Y comprendas que este poema
habla de ti,
es tuyo,
que sin ritmo, sin métrica,
sin calado,
es tuyo,
que nace del rincón más cálido del alma,
y lo lanzo al vacío
del recuerdo,
esperando,
mirando,
de reojo,
por si apareces,
como entonces,
como siempre.

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