martes, 26 de noviembre de 2013

De distancias y circunstancias.


En el camino…

…en la incoherencia del océano que nos distancia reposa
el jadeo de un futuro que no comprende de circunstancias.

Allá, en el nuevo mundo, donde el aire es fresco
y la brisa adormece las palmeras,
allá, cerquita de la orilla, mirando el continuo bucle de las olas,
allá queda la fantasía, el hambre de sueños, los reflejos.

No es dolor cuando los fuerzas se estremecen con su ejecución, no es herida, ni siquiera es el tiempo perdido entre los tapices de lo ilógico. Me inhibo de especular y busco calles de gris acero entre las altas cumbres de cemento, en el interior de las escaleras, sobre el humo, asciendo, arrogante en el páramo de seda, asciendo, hacia el imperecedero multiverso de poemas.

Carnicerías de aullidos y emociones derramadas en cielos de esparto.

Y desde mi ventana, donde no se ven más que antenas, a veces se aprecia el salitre disipado que el poniente arrastra desde las costas portuguesas.

Y tú
desde la atalaya imaginada te elevas
espléndida
desaguando versos por las escalinatas,
ataviada con bruma
de certeza.

Y eso somos, dos circunstancias inventadas que se extrañan, dos irracionales enjaulados  en un barco sin rumbo, derramados en la nada, dos estatuas  que se quiebran si se encuentran dejando sobre el terreno los restos del deseo.

Ahora todo se ensombrece,
se va a negro,
como aquella canción de los Stones,
vivo,
siento,
rezo,
reviento
en negro,
como aquella mañana fría,
como aquel barrio de escarcha
y olvidos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario