sábado, 7 de diciembre de 2013

Miedo

Tres años dando vueltas por la ciudad sin alma, 
paseando bajo aguaceros de luces y humo, 
residiendo en las profundidades de la esperanza
un habitante más, herido por la soledad

Las noches se colocan con residuos de morfina, 
se pegan a mi piel como una amante desquiciada, 
y frente al espejo devoro unos ojos 
que no aprenden a esperar, 
entonces me pregunto 
si pueden coexistir amor e indiferencia, 
odio e indiferencia, 
si en una habitación de hotel 
con las ganas arrugadas y los cuerpos desnudos 
se convierten en fuego las palabras. 

Vuelvo a mis traumas, vuelvo al espejo, a la calle, 
al bar siniestro de la esquina, 
y descubro que no existe la risa 
cuando sientes miedo.

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