martes, 11 de febrero de 2014

Necesidad



La cuestión se vuelve etérea, 
como un susurro en el desierto, 
como la luz de una linterna  estúpida que pretende anular 
la fuerza del sol. 

No encuentro la necesidad.

Siempre las mismas vueltas, 
espiral eterna que se golpea contra las paredes del infinito, 
siempre en descenso, 
en la encrucijada 
deficiente 
de las relaciones humanas, 
una amalgama cuestionable 
e inconsistente, 
un esfuerzo 
cada segundo en aumento, 
una finalidad que se me escapa entre los dedos. 

Y una realidad, 
                       certeza, 
                                aparente o suicida, 
una realidad, la necesidad, irreparable, la necesidad, incuestionable, 
la necesidad, 
la necesidad de envolver la vida en papel de aluminio y lanzarla al espacio infinito, 
la necesidad de reducir a la unidad la convivencia y apagarse tranquilo 
entre paredes grises, la necesidad de abrazar sustancias incomprendidas y mecerse 
en sus brazos con la sonrisa en el rostro  y el carácter en pausa...

... y de este modo diluirse en el cruel sinsentido de las relaciones interpersonales.

No encuentro la necesidad.

...

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