De reir,
cuando uno se olvida,
se hacen eco las musarañas
y el rugido que aúna los campos
se transforma en viento del Sáhara.
De reir,
de soñar,
de escribir...
...cuando los dedos son ramas secas,
canales del vómito.
Y los días y las noches se suceden desordenadas,
y la cama es arena movediza
y negras motas de polvo
desnudan los temores.
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