Si por abandonar de este lado la tristeza,
lágrimas y camisas negras
regocijan el descanso,
no será ni sombra de un atisbo
el futuro que humilde regalo.
Que de mis huesos y tendones
se destilan amarguras
y riegan el vacío
y llueven con desidia
sobre los campos desiertos,
sobre añejas rutinas.
No pretendo mendigar suspiros,
ni perdones,
ni añoranzas
de este boceto a vuela pluma,
de este fogonazo de luz pura
en la noche que adormece
y supura
y retuerce las palabras.
Es un canto de generosa cobardía.
Pues lo aplaudo. .. nunca mendigar
ResponderEliminarY tu boceto a vuela pluma
Vuela alto
Gracias Sandra. Un abrazo.
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