domingo, 2 de diciembre de 2018

Recita un mantra,
concentra la energía en el entrecejo y respira,
sal a la calle,
bucea por las manadas asido a tu celular,
asume que no existe un mundo que aprecie
la luz interior,
inquieta a los animales en el metro,
mira a los ojos,
relame los labios,
tose sobre las cabritillas amortajadas.
Grita por las calles el hedor de las conversaciones,
defenestra las llamadas a la cordura,
cágate en España, en el rey, en el papa,
en su ejército de folla niños,
límpiate el culo con la bandera,
hazle una mamada a la hipocresía,
abraza a los yonquis de la trasera,
recítales a William Burroughs,
juega a los dardos con Joan Vollmer,
fóllate a Cassidy,
saca el dedo corazón de paseo,
fuerza esfínteres descuidados
y ventila el resultado,
mea en la sección de tallas grandes,
incomoda a los koalas que vampirizan
los estatutos sociales,
y cuando piensen que estás loco,
cuando te tachen de paranoide,
psicótico, bipolar...
asume la posibilidad
y coméntalo con las otras voces.

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