sábado, 26 de noviembre de 2011

SONETO ROTO

Las mejillas, las orejas, ardientes,
la voz asustada pidiendo a gritos
una negra respuesta que no existe.
Las sienes que palpitan con el ritmo
de la decadencia, de malas artes
que laceran las entrañas de mi alma.

-Sus risas poderosas en el viento
son arañazos que descarnan mi paz-

Siento cómo se mezclan sangre  y rabia,
cociendo el seso, nublando la razón,
inyectando ideas, sucios futuros,
proyectos cimentados en la huida,
en la busca de un pulso novedoso
que retorne en mí el deseo de volver.

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