jueves, 1 de diciembre de 2011

MAGIA NEGRA

Llaman a la puerta,
oigo la inconfundible voz del miserable,
el día trajo olor a óxido,
luna roja sobre un cielo amoratado.
Las cabezas de las cabras chorrean sangre,
siento la llegada del sincronismo,
como una negra lengua de terciopelo
capaz de limpiar mi mente,
capaz de digerir mil neuronas muertas por segundo.
Me aferro a la idea consciente del precio
que su uso conlleva,
una vida vale lo que vale,
 y sólo el diablo puede contestarme ahora.
En el suelo grabado a fuego está el pentagrama,
la luces que me guiaban son sólo cenizas,
en posición fetal tiemblo de frío,
todo está mal,
nada parece tomar la dirección adecuada.
Recuerdo entonces la magia primigenia,
la que emana de la tierra,
la misma que fue violada, vendida,
apaleada por dioses, héroes y mortales,
y susurro una oración que nadie escucha,
derramo unas lágrimas que nadie bebe,
y sospecho que dentro de mi alma,
la oscuridad ya hizo su nido.

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