martes, 25 de septiembre de 2012

DIA 1

Un latigazo de luz rompe la tibieza de la habitación, 
son mil millones de motas de polvo.

A través de las cortinas el aliento frío de la mañana
se filtra en Mi menor.

Ahogo con toses el  caos de un día laboral, 
voces, sirenas , reggeton, me pongo histérico:
el infierno 
dosificado en ondas perfectas de dulce violencia. 

Llaman a la puerta, 
un virginal timbre afónico
mece las hojas antes de la tormenta,
tras la mirilla los hijos divinos de algún  dios
en  pulcra misión evangelizadora. 

Eructo.

Abro la puerta en calzoncillos, 
me rasco con insistencia la entrepierna,
con los ojos en blanco
simulo baba en la comisura de los labios,
no digo nada, 
espero el mensaje divino 
con la entereza del eterno impaciente.

Cierro.

La puerta aúlla 
-loba en celo/ luna azul-
apresuro la puesta en marcha,
la ciudad, repleta y sedienta me espera.

Tormenta.

Absorbo la oscuridad del rellano,
recibo el flash de un sol ceniciento
y por un segundo soy el feliz ciego
habitante del país del engaño.

Sonrío.

Me acaricio los colmillos con la punta de la lengua,
tengo hambre, de vida, de noches,
de esperanzas 
de promesas...

...comienza el  juego...

...sin reglas,
sin vencidos,
sin vencedores, 
solo días pendientes 
y arañazos
 por experimentar.

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