martes, 13 de noviembre de 2012

La sonrisa de Karenin


Te voy a ofrecer esta noche 
un gesto equiparable 
a la sonrisa, 
y mientras entonan los grillos 
sus antiguos mantras, 
mientras la madre tierra te llama
inquieta, 
ansiosa por abrigarte, 
te aullaré como un niño desdentado. 

Las nubes añiles jugaran 
con un pedazo de luna 
en la oscuridad enfermiza 
del campo.

Volveré al animismo 
confesando mis errores. 

Abriré mis venas en canal 
para que el viento oree mi alma, 
y este coto de caza espacio-temporal 
-te entiendo amiga mía- 
que anula todo futuro. 

Y es que ayer existía, 
ese mismo ayer que desapareció hace eones 
ese ayer, 
ese ayer sentía, reía, creía, 
era... 
tan ingenuo como la sonrisa 
de Karenin.

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