Casi se apagaron las calles, nunca lo hacen del todo, es cierto, pero hoy están envueltas en sombras,
es una hermosa manera de desaparecer, vestirse de grises y esperar la huida del color hacia cuerpos mejores.
Escapar susurrando los motivos y diluirse como sal en la herida, volviendo la vida costra cicatrizante.
No necesito más, después de todo siempre me acabo aburriendo.
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