domingo, 4 de noviembre de 2012

Un día más


La gélida corriente 
acaricia mis mejillas, 
camino, 
las aceras se transmutan 
en candorosas vetas sin nombre, 
soy confusión pesimista 
que fragmenta el paraíso 
en mil segmentos 
de escarcha. 

El severo suceder del día 
nutre  mis impulsos, 
tras  los edificios 
el sol se despide avergonzado, 
y aquí, en la noche, 
una preciosa luna observa 
el peregrinar de los homínidos 
por el asfalto mojado. 

Mi reflejo escapa de los escaparates, 
y abatido, lucho por defenderme 
de la corriente humana 
donde estás tú. 
La fiebre de la calle 
revierte en el Metro, 
distribuidos por el andén 
te intuyo, 
bajo la tierra vibrante 
te siento... 

...y ya no es un día más, 
                     no, no es un día más. 

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