Acepto la iniciativa.
Elevo al limbo mil rogativas,
desde el interior conspiro y hallo
las secuelas de las singularidades atmosféricas.
En un contexto relajado,
ahogando los auxilios en un pantano encarnado
merodeo por el jardín,
observo lejanas las ciudades iluminadas,
pugnando en una disputa incomparable
con el refulgir eterno del cielo,
son estrellas de Van Gogh detonando
contra un baldío terreno de asfalto.
Los grillos enmudecen, el frío y la humedad me sitian,
es un cóctel turbador de entumecimiento especulativo.
Mi cuerpo se torna en materia oscura,
tan densa que apresa la luz de las miradas,
la encarcela y recluye en un campo
gravitacional infinito.
Subsisto al aislamiento y al tedio,
de esta manera solvento el misterio,
compongo el rompecabezas,
de esta manera me río de las escenas,
de las ficciones,
y transito sin la perspectiva cabal
que ampara la ignorancia
de mis entrañas.
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