domingo, 28 de octubre de 2012


Acepto  la iniciativa.

Elevo al limbo mil rogativas, 
desde el interior conspiro y hallo 
las secuelas de las singularidades atmosféricas. 

En un contexto relajado, 
ahogando los auxilios en un pantano encarnado 
merodeo por el jardín, 
observo lejanas las ciudades iluminadas, 
pugnando en una disputa incomparable 
con el refulgir eterno del cielo,
son estrellas de Van Gogh detonando 
contra un baldío terreno de asfalto. 

Los grillos enmudecen, el frío y la humedad me sitian, 
es un cóctel turbador de entumecimiento especulativo. 

Mi cuerpo se torna en materia oscura, 
tan densa que apresa la luz de las miradas, 
la encarcela y recluye en un campo
gravitacional infinito.

Subsisto al aislamiento y al tedio, 
de esta manera solvento el misterio, 
compongo el rompecabezas, 
de esta manera me río de las escenas, 
de las ficciones, 
y transito sin la perspectiva cabal 
que ampara la ignorancia 
de mis entrañas.

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