Misterio I:
Intento
adivinar
el
sabor de tus labios,
observo
mis manos,
complemento
indirecto
de
tus caderas.
Y
me engaño, miento y te miento.
Misterio
II:
Enmascaro
la mirada
cuando
inquieta
se
posa en tu vientre,
cuando
,impertinente,
encuentra
el recodo perfecto
para
perderse en tu escote.
Y
te miento y miento, me engaño.
Misterio
III:
Ilusión
mental
que
me enciende,
que
no comprende,
el
daño que me infliges
al sonreír.
Y
miento, me arrastro, y miento.
Conclusión:
Sé
que no aporto
al
mundo,
más
que la capacidad
de
reconocer en ti
la
perfecta combinación
de
partículas, formando
un
complejo organismo
con
porcelana pulida
por
coraza.
Y
sé, que el misterio
es
en si una quimera,
que
se adapta a mis
estados
de ánimo transitorios,
esperando,
que,
tal vez,
en
algún momento,
sin
sentido alguno,
coincidamos.
En
el espacio
en
el tiempo
en
la cama.
Coincidamos
Lo encantador del misterio es precisamente el abismo que produce, y que coincide -además- con los estados de ánimo, al menos en mí también.
ResponderEliminarUn abrazo Israel, me encantó este poema, Luna.-
Totalmente de acuerdo, Luna,
ResponderEliminarmuchas gracias por pasarte
y comentar.
Un abrazo.