Cierra los ojos.
Respira,
hincha los pulmones con el dulzor
de este aire que nos recluye.
Siente la calma, la fugacidad,
siente el presente,
el calor de mi aliento rozando tu mejilla,
el pecho desnudo contra tu espalda de seda,
siente los trazos de mis dedos,
corriente continua derrochada en tus senos.
Escucha, es el eco del caos, llueve…
…en este otoño de grises melancólicos.
Abre los ojos.
Escucha los aullidos,
el murmullo del tráfico,
el ardiente golpeo,
las partículas de vida sobre el asfalto.
Inflama la habitación con la oscuridad de tu mirada,
muérdete el labio mientras juego entre tus piernas,
mientras beso a Venus, despacio,
mientras consiento que el deseo te devore.
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