sábado, 31 de mayo de 2014

No rompo el silencio por respeto,
es diamante invisible,
fina tela que absorbe las ondas...

Conjugo el verbo ser
sintiendo, cómo estúpidos,
los ojos del reflejo se vuelcan
en el vacío.

El corazón acelerado,
la corriente sanguínea hinchando las venas,
forzando la ruptura,
rogando por un final de frío plasma
y paredes amarillentas.

En la calle un viejo silba,
no entiende de respeto,
de diamantes,
de telas,
y su melodía se adhiere a las paredes de los edificios
como el moho.

Sobre un charco bajo la mirada
para advertir la insondable profundidad del asfalto,
alguien llama hijo de puta a alguien,
y las putas cubren sus hombros desnudos
con mantitas azules de Iberia.

Don´t worry be happy canta el chino desdentado,
en su comercio los niños pobres
compran juguetes tóxicos por un euro.

El viento frío del oeste barre la cuesta,
panfletos y latas vacías son la magnífica cascada
de una ciudad sin alma.

Busco un árbol al que abrazar
pero no existen árboles libres
ni abrazos gratuitos,
pierdo el respeto,
quiebro el diamante
me limpio el culo con la jodida tela...

...y un grito desgarrador aturde la ciudad.

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