lunes, 29 de septiembre de 2014

Atardecer

Oscurece. 

El eterno atardecer se compadece, 
del brillo inquieto de las estrellas. 

Oscurece, 
desde hace un millón de siempres...   

...noche que no llega, 
día que no acaba, 
brumas en gris y plata, 
día que no acaba, 
noche que no llega... 

Allá estoy yo, 
caminando, 
recorriendo la calle sin rumbo, 
giro la esquina y desaparezco 
a través del espejo 
de una tienda de egos. 

La tarde se entristece, 
gotean pequeñas lágrimas... 

...de las alcantarillas emerjo... 

...y aquí me encuentro, 
observándome, 
como en una película muda sin guión 
ni ritmo, 
como en un apocalipsis sin profetizar, 
como el alma idiota que de no sentir 
sintió que sentía, 
y enterró los sentimientos 
bajo el fango de los versos. 

Oscurece 
y aquel de allí soy yo 
cruzando Gran Vía, 
llevo de la mano recuerdos inapropiados 
y amenazas pueriles, 
me pierdo más allá 
de la calle Desengaño mientras la noche 
no llega, 
mientras el día 
no se marcha... 

...mientras este jodido atardecer 
me quiebra los huesos.

2 comentarios:

  1. Voy y vengo, leo y releo, y aunque sigo sin saber bien qué decir, este poema tiene un efecto adictivo.
    Abrazos, Luna.-

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  2. Gracias Luna, es un gustazo recibir tus comentarios.

    Un abrazo.

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