domingo, 26 de junio de 2016

Insomne



Silenciar los gritos de la noche bajo sábanas de apatía,
y dejar sin sabor las experiencias
sin misterio las conquistas,
ocultar los deseos,
desvanecer los siniestros impulsos,
rezar,
cada instante,
rezar para no beber el pentotal de tu boca,
para no toparme frente a frente
con el combado espejo que devuelve
el reflejo
de las alucinaciones.

Y sin quererlo disfruto,
de la agonía de la espera,
de la fuerza irracional que nos destroza,
que nos ahoga en un mar de segundos,
olas de tristeza bajo el influjo de la luna llena.

Y resisto las enseñanzas de la experiencia,
inmune a las ostias de la vida,
igual, siempre igual,
con los mismos altibajos y la misma capacidad de abstracción,
con el mismo interés por la vida,
la misma frustración por vivirla,
con la misma capacidad para crear sueños de papel de periódico,
la misma torpeza para exprimir sentimientos.

Silenciar los gritos de la noche bajo las sábanas de la apatía,
como descifrar obviedades
cuando los demonios susurran nanas al oído.

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