Recibo de tus labios la palabra,
una astuta amalgama de verdades
teñidas de melancolía.
Me enfrento a ellas y aguanto el golpe,
encajo cada directo, tambaleándome,
herido, mareado, sintiendo
cada fonema como cuchillos oxidados.
Tú sonríes desde un rincón,
jugueteas con el cartel del tercer asalto,
meneas la cabeza, sabes que caeré
sobre la húmeda lona,
te sientes febril, excitada,
siempre te gustó hacer leña
del árbol caído.
Ahora actúas, eres la protagonista
de un filme mudo que da la réplica
al monstruo de las sombras.
En tus ojos se ve la falsedad
del argumento,
mientes tan mal como yo peleo.
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