miércoles, 3 de octubre de 2012

EL GATO


Asoma un felino, 
azabache, lustroso,
con turbios ojos, 
gesto impúdico
relame sus garras 
ensangrentadas.

Pájaros de papel 
cuelgan del techo,
la sala de butacas, 
desierta,
se viste de polvo.

Un relámpago 
de sol oscuro,
desgarra el lánguido 
hormigón 
del cielo,
farol de un teatro 
extraordinario
que busca un comediante
para consumarse.

El gato se despereza,
arquea el lomo, 
erizado,
suspira, 
asciende por el telón,
busca el tragaluz,
y resuelve sonriente,
que la existencia
son dos ratos,
ridículos,
para siete vidas. 

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