sábado, 15 de octubre de 2016



Una victoria no te convierte en ganador,
de la misma manera
que la ausencia absoluta de ellas
no resuelve en tu contra.

La noche está oscura,
más allá de las translúcidas cortinas
el viento susurra mentiras
a los desconchones de los muros,
miro al techo tratando de obviar los gemidos,
que borrosos,
llegan del apartamento de al lado.

Envidio el cuerpo que te hace aullar entre bendiciones.
-le grito al silencio-

Dejo la habitación y me siento en el sofá,
la erección no disminuye,
bebo un trago de whisky y trato de olvidar
cómo ascienden los gélidos tonos
por tus muslos.

Enciendo el televisor,
hay pornografía cultural y le han otorgado el Nobel a Bob Dylan,
nado entre las ondas y termino reventando
el mando a distancia contra la pantalla.

La madrugada enraizada,
y en los silencios reverbera el eco de la derrota.

Una victoria no te convierte en ganador,
suspiro mientras observo
la sangre que abraza mis heces.

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