miércoles, 25 de enero de 2017



El impacto fue demoledor,
ascendió con su propio movimiento de rotación
chocó con violencia contra las aspas nerviosas
del ventilador de techo.

El alma de paseo,
expresión anonadada,
de frente,
la furia,
palabras húmedas, ojos inyectados,
extremidades rígidas.

Se suman los acordes de Karma Police,
resultado del brutal impacto cenital
una lluvia de pétalos
adornan la estancia.

El conjunto es una orquesta,
un movimiento cósmico sincronizado,
reducido a un instante
música, ira y pétalos de rosas
convierten la sala de estar
en un maravilloso concierto.

Somos protagonistas.

Protagonistas sordos de un musical
sin amor, sin pasos de baile, sin música.

Ahí estás tú,
enfadada y agresiva,
defraudada.

Ese soy yo,
ajeno a todo,
yo en el mundo de Oz,
yo con la sonrisa del gato de Cheshire,
yo con la mirada de un viudo autista,
yo preguntándome cómo es posible
que haya vuelto otra vez a casa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario