viernes, 10 de julio de 2020

Hoy no es sábado, puedo cenar hasta hartarme,
no es sábado, puedo beber y fumar,
caerme del sofá con los ojos enrojecidos,
puedo babear sobre tu hermana,
mirarle el culo a tu compañera de piso.

La seguridad de la ausencia
se asemeja a la franqueza del retrasado,
y tu vecina tiene las tetas operadas,
no importa, no me gustan,
pero el puto 15M está en mi bolsa escrotal
y no,
no es sábado.

Cíclico como el ocaso
acaso como el vaivén de los caballitos de mar
bajo las olas del metro,
acoso con la mirada las cinturas ajustadas,
y respiro...
...ácido bórico bajo la mascarilla,
y sólo es miércoles.

Despierto antes que mi erección
y ambos nos miramos.
Es verano y duermes en bragas,
estrangulo las ansias y doblego
los sueños del empotrador autista,
jueves de los cojones,
maldita rutina.

Al rato me da por pensar,
y pienso:
yo quería ser feliz,
y me ofreciste seguridad,
quería un barco velero
pero me cobraste el mar.

Y pensando me atasco en pornhub,
odiando los descomunales miembros,
los orgasmos/mareas susurrados
más allá de las puertas de Tannhäuser.

Cobro en desaliento mis temores,
auspicio un negro erial de miserias
y rencores, reniego,
reniego,
reniego y reniego,
me pierdo en la tormenta
como esperma bajo la ducha.

Ya estamos a viernes.

Hoy es sábado y lo quiero todo,
bajo al super a por un buen vino,
tabla de quesos, ibéricos,
la cena perfecta, la noche perfecta,
pero me encargas compresas.

Puto sábado,
puto esclavo que siente el sexo
como la zanahoria,
y la convivencia como el palo.

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