martes, 4 de enero de 2022



Un hombre ha muerto,


a nadie le importa,
ha muerto en silencio,
acobardado por las imágenes
de otras vidas,
ha muerto depositando el alma
en el regazo de la nada.

Un hombre ha muerto,
sus dedos se hundieron en el barro,
tal vez soñaba con ser raíz,
ser el germen
del fin del mundo,
la voz de la cordura.

Un hombre ha muerto,
su cuerpo se pudrirá lejos,
más allá del mar de Alborán,
más allá de la columnas de Hércules,
más allá de las cúpulas de Sión...

Es un susurro entre las olas,
apenas unas gotas vacías
rompiendo frente a las costas
de cristal y marfil.

Un hombre ha muerto,
y muere con él la humanidad,
una colmena ensangrentada
que ciñe sus celdas
con acero y hormigón.

Un hombre ha muerto,
no hace ruido,
árboles grasientos filtran historias
disfrazadas de ensueños,
un hombre ha muerto,
silencioso...

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