Cuando la tarde se oscurece
y el mirlo blanco recoge en su vuelo
los pesados minutos de incertidumbre,
Drama Queen apaga la televisión.
Han germinado,
en su cerebro en barbecho,
la ideología de la mansedumbre,
las fuertes creencias de la ignorancia,
el amor por las alfombras rojas
y los filtros de Instagram.
Míster Señoro viene cansado de la oficina,
las cinco últimas cervezas,
tras horas de papeleo inútil,
repiquetéan en su garganta,
chispitas que brotan con fuerza
en sonoro eructo que anuncia
el retorno del guerrero,
la vuelta al hogar...
Pero no es un día cualquiera,
no es un día más,
ha estallado una guerra mundial,
el virus chino ha mutado y es terminal,
el Sáhara se ha derramado por las calles,
llueve sangre con batracios coagulados,
y juega el Madrid...
...¡Ah! y una famosa con bocio
habla mal de su hermana
en Tele-vertedero.
Se presenta una velada interesante.
Drama Queen se queja constantemente,
ha visto por televisión
que las enfermedades mentales
están de moda
y quiere una.
Míster Señoro le reprende,
recuerda cuando el bullying
era el tema principal,
y Drama inventaba palizas y vejaciones,
mas Drama Queen no cede,
y se nota la bipolaridad
en el lateral de la amígdala:
- Tú no me crees por lo que te hicieron los curas.
Le suelta entre sollozos a su marido.
Míster Señoro,
que no ha visto un cura en su vida,
le pega un tiento al pacharán
mientras sopesa la idea
de lanzarle la copa a la cabeza.
Drama Queen abraza a su chihuahua,
un pequeño hijo de puta
llamado Bolita de Mamá,
que muestra los dientes a Míster Señoro,
adivinando sus intenciones.
Mientras tanto,
en las peligrosas calles de la capital,
jóvenes inadaptados,
desagradecidos hijos de inmigrantes centroamericanos, africanos y reptilianos
confabulan con la izquierda radical
para destruir el estado del bienestar,
es el nacimiento del
Imperio Afrolatino.
Un peligro del cual
nuestros adorables protagonistas
aún no han oído hablar
por televisión...
... Continuará...
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