El viento cálido en la frente,
cabalgo a lomos de un caballo
de humo,
las sombras dibujan mandalas
por los que se pierden,
en descenso circular,
las angustias fantásticas,
los refugios de plástico,
los himnos:
When the rain begins to fall,
Selfcontrol,
Tonight Is What It Means to Be Young.
El pasado es un edificio en ruinas
al que anhelo regresar
para observar, desde sus balcones,
el desfile de las chicas de neón,
y sentir cómo los sintetizadores
levantan muros insomnes
a través de las ranuras del VHS.
Cierro los ojos y mi piel se adapta,
cierro los ojos
y recuerdo con nostalgia
la forma de odiar
mi envidia de pene.
Se solidifica sobre el horizonte
la ciudad masificada,
abro las compuertas,
y se desbocan los cauces,
soy la pantera que lame la sangre
de tus botas.
Salto por la ventanilla del coche
me mezclo con los colores,
los sonidos, los sabores,
retuerzo realidades y admiro
las posibilidades
de una soledad superpoblada,
fantaseo con pasadizos bajo tierra,
con estaciones abandonadas,
con la humedad de la lluvia sucia
y el tacto de la arena caliente.
El tiempo es un puto cobarde
que apuñala por la espalda,
apenas ayer era un esbozo de mañana
y hoy, se asfixia
bajo el negro manto de una noche,
de la que nunca quise escapar.
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