domingo, 24 de julio de 2022

1984

 El viento cálido en la frente,

cabalgo a lomos de un caballo

de humo,

las sombras dibujan mandalas

por los que se pierden,

en descenso circular,

las angustias fantásticas,

los refugios de plástico,

los himnos:

When the rain begins to fall,

Selfcontrol,

Tonight Is What It Means to Be Young.


El pasado es un edificio en ruinas

al que anhelo regresar

para observar, desde sus balcones,

el desfile de las chicas de neón,

y sentir cómo los sintetizadores

levantan muros insomnes

a través de las ranuras del VHS.


Cierro los ojos y mi piel se adapta,

cierro los ojos

y recuerdo con nostalgia

la forma de odiar

mi envidia de pene.


Se solidifica sobre el horizonte

la ciudad masificada,

abro las compuertas,

y se desbocan los cauces,

soy la pantera que lame la sangre

de tus botas.


Salto por la ventanilla del coche

me mezclo con los colores,

los sonidos, los sabores,

retuerzo realidades y admiro

las posibilidades

de una soledad superpoblada,

fantaseo con pasadizos bajo tierra,

con estaciones abandonadas,

con la humedad de la lluvia sucia

y el tacto de la arena caliente.


El tiempo es un puto cobarde

que apuñala por la espalda,

apenas ayer era un esbozo de mañana

y hoy, se asfixia

bajo el negro manto de una noche,

de la que nunca quise escapar.

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