martes, 4 de enero de 2022
Se han apagado las nuevas voces,
como una luna llena que colapsa
y transforma el azul oscuro
en muerte.
Despacio, así ha sido,
hirviendo versos alrededor
de un mundo cada vez más añejo,
despacio,
mientras se tiñe de rojo el agua
y desborda la bañera,
si, así ha sido,
apenas sin darnos cuenta.
Ahora ya es tarde,
la bestia se muere,
y deja un extraño cadáver
envuelto en perezosos pergaminos,
una momia descuidada
qué alarga sus brazos
y no abarca nada.
Rezo por ti, ave de las mil plumas,
que la agonía te sea leve
y arrastres en tu caída
el derecho al olvido.
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