Voy a escribir como vivo,
llenando de gerundios la amapola
del anochecer con
versos hiperadjetivados,
y
terminar la conjunción ante
la duda esplendorosa y solemne.
Cayendo en el abandono
forjando la idea de crear
ripios ilegítimos y vergonzantes
que harían parir a un elefante
si llegando el caso fuera posible,
pero,
sujetando el bolígrafo con
manos de plumas multicolores
avivando de mis fueros los rencores
sin dejar ni rastro de licores
ni ardores ni remedios
entreteniendo el medio que
nos rodea alargo las frases
hasta el tedio.
Tedio doloroso, azul y brumoso
como casa de escroto en escritos
estacionarios y serenos,
mas entre la niebla de mis versos
salidos del profundo abismo
que horada el alma fúnebre
del que fuera infeliz por defecto
hijoputa malparido
de los lúmenes taciturnos.
Y de esta manera mal versando,
malversando las calumnias y
en los errores errando
me despido, clásico,
que el errar me cuesta un rato para
no seguir intentándolo.
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